UCERO un pueblo por descubrir

 Ucero un pueblo por descubrir

Si te gusta la naturaleza y la historia, Ucero te brinda la oportunidad de vivir esta experiencia entre pinos y cañones kársticos, y conocer más sobre los templarios y la historia de Castilla. 
Es un pequeño pueblo de la provincia de Soria cerca del famoso Burgo de Osma, donde hay que detenerse si visitamos la provincia para recorrer sus calles y comer un”torrenillo”.

Ucero

Entrando al pueblo, desde la carretera que une el Burgo de Osma con Ucero, nos encontramos a mano derecha una calle que nos lleva hasta el Castillo. Se puede subir con el coche hasta una pequeña plaza y los últimos metros realizarlos a pie.

El castillo es un edificio de forma irregular, cuyas paredes fueron consolidadas en 2016 para evitar que se derrumbaran. Sin embargo, su historia se remonta al siglo XII, cuando era necesario defender la frontera entre cristianos y musulmanes, y más tarde entre castellanos y aragoneses. Sus muros, sin duda, guardan muchas historias por contarnos

Castillo del siglo XII-XIII en Ucero

Si te interesa su historia puedes leerla aquí

Después de subir por el camino que parte de la plaza, se llega al castillo y se puede entrar libremente al recinto por la puerta principal, donde antiguamente había un puente elevado. Si miras hacia arriba, se puede ver el lugar donde estaba encajada la puerta

Puerta de acceso a la fortaleza

Sobre la puerta se encuentra el escudo del obispo Honorato Juan (1507-1566), que testimonia que el castillo fue suyo durante un tiempo. Sin embargo, él no fue quien comenzó su construcción, que se remonta varios siglos atrás, en el siglo XII. Aunque su origen exacto es incierto, en el siglo XIII ya aparece documentado, mencionando a Juan González de Ucero como señor del castillo A lo largo de los años, pasó por manos de distintos señores y damas, hasta que en el siglo XIV. fue vendido a la mitra de Osma, de ahí que el escudo del obispo se conserva sobre la puerta principal.

Escudo del obispo

Atravesamos la puerta y, siguiendo el foso, llegamos al piso superior. Desde allí, una abertura en la muralla conduce a una pequeña meseta, que en el siglo XII fue el lugar donde se asentaban los vasallos del rey, seguramente también tenían sus casa los soldados y estaban los establos.. 

Obertura de la muralla
                             
Al final de esta explanada, nos encontraremos con una ermita que está en ruinas y que pertenecía al castillo, desde allí se pueden hacer unas fotografías increíbles, sobre todo al atardecer.


Esta edificación religiosa, de planta basilical, presenta una estructura sencilla y funcional. La nave única, de 22 metros de largo por 10 de ancho, culminaba en un ábside semicircular. Los muros, construidos con mampostería, muestran un aparejo regular y una cuidada ejecución. La presencia de sillares en las esquinas sugiere la existencia de elementos constructivos más elaborados, posiblemente en las jambas de las puertas o en los ángulos del ábside.

El estado de conservación del edificio es lamentable, con el techo derrumbado y la testera occidental totalmente destruida. Sin embargo, los restos arqueológicos encontrados en el interior, como los vestigios de enlucido y las hornacinas laterales, permiten reconstruir, al menos parcialmente, la disposición original del espacio y su función litúrgica

Después de dar un paseo por su alrededor y admirar el paisaje podemos volver al castillo. Tiene un halo de misterio se cree que  los templarios, los monjes guerreros, tuvieron un asentamiento en este castillo, este hecho fomenta las leyendas de que enterrado entre sus piedras puede haber algún tesoro templario, ya que durante años fueron los custodios de las reliquias de Tierra Santa. A ciencia cierta no se sabe pero la creatividad es libre.



El castillo fue adquirido por diferentes propietarios, hasta que en el año 1302 fue adquirido por el obispo de Osma, Juan Ascaron. Paso así, pasar a ser propiedad de la Iglesia.

A finales de este siglo XVI, ya eran pocos los que vivían alrededor del castillo, la mayoría se habían construido sus casas en el valle a las orillas del río Ucero, así que a mediados del siglo XVII el abandono de la fortaleza casi era total. Las casas, pajares y corrales de la antigua villa medieval se iban derrumbando y los vecinos acudían al castillo para abastecerse de piedras para sus nuevas viviendas. 

En cambio la zona residencial del castillo se mantuvo en buen estado gracias al cuidado de los obispos, hasta que en 1668 sufrió un incendio, posiblemente intencionado. A partir de este momento los obispos se desentendieron de la fortaleza, que con el paso del tiempo se fue deteriorando.

Entramos al castillo a través de un puente metálico que pusieron en la última intervención de consolidación del castillo. Al pasar por el puente podemos observar, a mano derecha, donde iba encajada la puerta del castillo, hay una pequeña oquedad por la que nos podemos asomar.

Puente de acceso al castillo

La esbelta torre del homenaje se erige majestuosa en el patio de armas, testimoniando una rica historia que abarca desde el siglo XII hasta el XIV. Sus muros, que muestran evidencias de diversas reformas a lo largo de los siglos, cuentan una narrativa arquitectónica fascinante.

El acceso original a la torre se realizaba a través de una pequeña abertura situada a cierta altura del suelo, en una de sus paredes laterales.

En su interior, las marcas de las antiguas escaleras, aún visibles en la mampostería, revelan la ingeniosa solución constructiva empleada en su día. 

En la actualidad, una oquedad a nivel del suelo facilita el ingreso al recinto.

Al adentrarse en la torre, la mirada se dirige inevitablemente hacia el centro de la estancia, donde un cordero dorado destaca sobre un fondo de arcos ojivales. Este elemento decorativo, que en su momento cubría la capilla episcopal, es un testimonio del rico patrimonio artístico del edificio.

Techo de la torre del homenaje

 Una escalera conduce a la cubierta, desde donde se pueden acceder a ka parte superior de la torre y si era necesario repararla.

A pesar del paso del tiempo y las diversas transformaciones sufridas en la torre, aún es posible identificar los agujeros que alojaban las vigas de madera que sostenían los pisos superiores. En la torre se hospedaban primeros los señores del castillo y años más tarde los obispos.

Podemos salir de la torre y asomarnos a la muralla y contemplar la vega del río Ucero o entrar en una de las torres de vigilancia que se encuentra a la derecha, esta fue la cárcel del castillo.
Torre que fue la cárcel
Después de dar un paseo por el recinto interior volveremos a salir por el puente pero nos pararemos para mirar desde fuera la torre del homenaje, te encontraras con la diablesa.

Cuenta la leyenda que en las noches de tormenta, la Zarramoca, como también es conocida, se transformaba en un ser animado y recorre el pueblo en busca de niños que se portan mal. Mas de un niño de Ucero han decidido comerse la comida rápidamente antes de que la Zarramoca apareciera por su casa.

La gárgola de la diablesa o zarramoca

Si observas a este siniestro personaje, se puede ver que el ave tiene entre sus garras a un humano, no es de extrañar que los niños la miren con cierto recelo.

Si quieres saber más de la arquitectura e historia del castillo en este blog encontraras un artículo más extenso aquí.

Saliendo del castillo a mano izquierda nos encontramos con un panel explicativo del valle del Ucero. 
Podemos ver al fondo la Galiana si te animas a llegar allí podrás subir hasta el mirados y contemplar la vega del río Ucero y el Cañón de río Lobos.

En esta misma montaña hay unas cuevas que se pueden visitar libremente y otras con una autorización o con guía. Si te gusta la aventura no te las puedes perder.

Al pie de la imponente Galiana, el Cañón del Río Lobos despliega un espectáculo natural que invita a la exploración. Sus senderos y caminos, que se adentran en la exuberante vegetación, ofrecen una experiencia única para los amantes de la naturaleza. Mientras caminamos, el sonido del río Lobos nos acompaña, creando una atmósfera serena y relajante. Con un poco de suerte, podremos elevar la vista y contemplar el majestuoso vuelo de los buitres leonados, que surcan los cielos con una elegancia que nos dejará sin aliento.
Y el premio para nuestros ojos será llegar hasta la Ermita de San Bartolomé.

Ermita de San Bartolomé

Debajo del castillo escondido entre la ladera nos encontramos con un túnel que si nos acercamos a su boca se observa la luz, gracias a las oberturas que hay en sus paredes que dan a la ladera, Este túnel unía el castillo con el río y se cree que se bajaba por el a coger agua del río en caso de asedio.


Túnel que desciende hasta cerca del río

Desciende por este misterioso túnel y descubre un pedacito de historia oculta. Este antiguo pasadizo, que conectaba el castillo con el río, nos transporta a una época en la que la vida cotidiana se desarrollaba de manera muy diferente. Aunque gran parte de la galería se ha perdido, aún podemos vislumbrar su trazado original.
Si miramos la muralla se puede observar un orificio, que de momento no está excavado por donde el pasadizo entraba en el castillo.


El pasadizo se adentraba en el castillo
                

Hay un sendero que parte del castillo y va por la orilla de la montaña en dirección la Galiana, si queremos andar nos lleva al nacedero del Ucero y de forma circular se puede volver al pueblo, habrá unos 4 km y es un recorrido sencillo pero que nos llevará su tiempo. Aquí te indico que te puedes encontrar en este recorrido.
Nacedero del río Ucero


Después de descubrir el castillo y las vistas impresionantes sobre la vega del río, que se la conoce como La Huelga, podemos volver al pueblo.

Al bajar del castillo podemos pasar el puente sobre el Ucero, y girar hacia la izquierda, por la calle Mayor, hasta la conocida cueva la Zorra, que no es una cueva, sino un acueducto romano que atraviesa la montaña, se puede atravesar sin linterna, aunque siempre es mejor contar con luz así evitamos golpearnos en la cabeza.

Cueva la zorra o acueducto romano


 Este acueducto picado en la piedra en la época romana, unía el nacimiento del río Ucero con la ciudad de Uxama ( cerca de Burgo de Osma). De toda esta construcción unos 18 km solo se conserva este tramo en Ucero y otro cerca de la ciudad de Uxama, aunque se cree que algunas casas del pueblo se construyeron encima del acueducto que corría por un canal descubierto. Su longitud es de unos 140 m y tiene dos respiraderos de forma cónica.
Aspecto del interior del canal romano a su paso por Ucero

Respiradero del canal romano

Gracias a estos respiraderos entra la luz al túnel y no es necesaria la linterna.
Si se observa su trazado se puede predecir que se empezó a realizar a la vez por los dos lados de la montaña hasta que se encontraron, se ve claramente donde sucedió. Te animo a que lo encuentres.
Saliendo del acueducto a mano izquierda se puede volver al pueblo por la carretera o bien volver sobre nuestros pasos y tomar un sendero que corre a la orilla del río y nos llevara a la pradera donde hay juegos infantiles y algún banco donde descansar mientras observamos el paso del río.

Río Ucero

Después de esta visita nos dirigimos a la plaza de la iglesia, donde unas carrascas nos dan asilo bajo su sombra y nos permiten observar el campanario y una hornacilla donde hubo una estatua de piedra de la Virgen, que la retiraron para que no se deteriorara, hace unos años se la llevaron para restaurarla y todavía no la han devuelto, los habitantes del pueblo están disgustados porque después de unos años a no la han devuelto a la iglesia.

Iglesia de San Juan Bautista

Si entras en la iglesia observarás que su construcción es sencilla con un retablo barroco y a la derecha una pequeña capilla. Si observas te encontraras con algunas joyas esculturales, con un Cristo y una Virgen románica de gran belleza.







Estas son las imágenes que se sacan en procesión en Semana Santa junto con el pendón de grandes dimensiones.
           

También es interesante observar el techo de la capilla lateral
.

Al final de la Iglesia está el baptisterio y las escaleras que suben al coro y al campanario.

Después de este recorrido por el pueblo cogemos el coche o nos damos un paseo por la carretera y nos acercamos al centro de interpretación del parque natural, donde podemos ver una exposición y un video sobre la formación kárstica que vamos a ver después en el Cañón de rio Lobos, y conoceremos mejor su flora y fauna.
Centro de interpretación del Cañón

Al salir nos dirigiremos al Nacedero del rio Ucero que está a la derecha después de pasar el puente, es un sencillo manantial, que en la primavera sale el agua a borbotones, aquí es donde se iniciaba el canal romano que abastecía a ciudad de Uxama, en la actualidad no se ven restos de esta edificación.
Al subir otra vez a la carretera nos fijamos que hay dos cuevas, una la cueva del Lago y la otra la cueva de la Galiana baja.

La primera (la cueva del Lago) tienes que entrar un poco a gatas pero después se abre en una gran bóveda con un gran lago, es necesario llevar linterna. Hay que ser cuidadoso cuando se llega al final del tunel. Se cree que este es el lago que abastece al río Ucero. 
La segunda cueva está cerrada para evitar destrozos pero se puede visitar de forma guiada, aquí os dejo el enlace.
http://www.soriaventura.com/es/product/3/cueva-galiana-espeleologia
Aquí te dejo una foto para que te hagas una idea de como es esta montaña de la Galiana por dentro. Como puedes observar hay una sima que pertenece a la cueva de la Galiana Alta y una gran torca cerca del pueblo de Casarejos. Si te interesa la espeleología este lugar es muy interesante. Si entras aquí podrás conocer las simas más importantes y aquí las cuevas más interesantes.


Esta foto es de http://www.lachimeneadesoria.com/casaruralcanondelriolobos/canondelriolobos/
donde podéis encontrar muchas excursiones interesantes

Si cogemos otra vez el coche, podemos subir la Galiana, es una pequeña montaña con curvas muy cerradas pero vale la pena el esfuerzo porque en la cima hay un parquin con un mirador. Desde el mirador se puede ver a la izquierda el Castillo , la vega, el camping, y a la derecha el Cañón de Rio Lobos.
Mirador de la Galiana


Después de recrearnos con estos paisajes maravillosos bajamos la Galiana y entramos en la Reserva Natural del Parque de Rio Lobos, nada más entrar podemos observar en las rocas ocres y gris las buitreras, y seguramente si esperamos un rato algún buitre volará sobre nuestras cabezas.
Buitre leonado

Siempre puedes hacer una parada en el bar que hay al inicio del Parque y reponer las fuerzas o bien en el camping.
Seguiremos por la carretera hasta un control del parque, donde deberemos pagar 4€ por coche, para poder visitar el resto del Cañón, vale la pena el pago, seguimos hasta el parquin donde dejamos el coche.
Si eres de los atrevidos que te gusta ver cuevas, te propongo visitar las cuevas de las Polvoristas, con un acceso muy empinado, el esfuerzo vale la pena. Se accede volviendo hacia atrás por la carretera que nos ha conducido al parquin y en la primera curva a mano izquierda está el camino que nos llevará a un balcón que se ve desde abajo.


Está cueva se llama así porque se cree que fue un polvorín durante la guerra carlista, pero anteriormente fue un asentamiento prehistórico por los vestigios que se han encontrado de trozos de cerámica. Al entrar nos encontramos con una gran bóveda y en el suelo muchas rocas que se han desprendido, sin linterna se puede llegar hasta el balcón que se abre sobre el Cañón, asomándose con precaución se ve un fabuloso paisaje.

Al descender de la cueva volvemos al parquin y nos encontramos con una fuente potable con mucho contenido en hierro, de aquí parten dos caminos uno por la orilla del río y otro más ancho que es la continuación de la carretera que hemos traído desde Ucero.
Te aconsejo ir por uno y volver por el otro, yo iniciaría la ruta por el sendero del río para ir contemplando la flora y la fauna del Cañón, después de un quilómetro aproximadamente nos encontramos con la joya de este cañón, la ermita templaria de SanBartolomé.

Es un regalo para nuestros ojos la ermita y el enclave, los monjes templarios supieron escoger bien, en este lugar el clima siempre es benévolo, en invierno no hace mucho frío y en verano no hace excesivo calor, es un punto telúrico. 
Y al fondo de la ermita se observa una gran oquedad, la cueva Grande, es una cueva que se puede acceder con facilidad, no se necesita linterna, y si soportas bien el polvo que levantan los visitantes, se pueden hacer unas fotos estupendas.
Hay que dar una vuelta por el exterior de la ermita y contemplar sus canecillos, todo un simbolismo para los monjes templarios.

 En verano se puede visitar por dentro, su construcción es sencilla en forma de cruz, y en la capilla de la izquierda está la Virgen de la Salud, virgen a la que todos los habitantes de la zona tienen mucha devoción

Al entrar o salir de la capilla mira el suelo te encontrarás con una cruz labrada en el suelo, cuenta la tradición que en el día de San Juan entra un rayo de sol por la ventana que hay enfrente y cae sobre esta cruz. un simbolismo más de los templarios.Los estudiosos siguen analizando este hecho y últimamente hay una hipótesis que indica que el rayo de sol entra en el solsticio de invierno. Los templarios seguro que tuvieron alguna intención con este simbolismo que ahora se nos escapa a nuestros ojos.
 El día de la romería el 24 de agosto muchos peregrinos se descalzan ante esta cruz para recibir su energía positiva.



Antes de salir, observa sus muros y veras diferentes graffitis son las marcas de los canteros del s.XII que dejaron así su firma. En la columna cerca de la puerta te propongo que busques en el capitel la cruz templaría.
Después de pasear por esta belleza templaria te invito a seguir el camino por este Cañon tan singular. Si quieres saber más de esta ermita entra aquí.

Podemos pasar el puente sobre el rio Lobos y dirigirnos a la cueva, si aún nos queda tiempo y energía os propongo que sigáis un rato más contemplando las maravillas del cañón.

A partir de la Ermita aún quedan unos cuantos quilómetros hasta llegar al final, en Hontoria del Pinar. Es una excursión que vale la pena hacer.
Si nos apetece pasear un rato siempre podemos recorrer unos quilómetros y acercarnos al antiguo colmenar, el Colmenar de los frailes.

Si volvemos a buscar el coche os recomiendo volver por el camino y cerca del aparcamiento, en la última curva, nos encontramos con el Salto del Caballo, donde cuenta la leyenda que cayó Santiago que iba corriendo por la cornisa de enfrente perseguido por el demonio, Santiago al verse acorralado por el diablo y enfrente el precipicio, pidió a la Virgen que si le salvaba, prometía donde cayera su espada levantarle un templo, y se lanzó al vacío junto con su caballo, la espada voló hasta donde se encuentra la actual ermita y el caballo y él cayeron ilesos y con tanta fuerza que las herraduras de las patas del caballo quedaron clavadas en la roca por siempre . Si las buscas, encontraras las huellas en la roca.

Después de a ver disfrutado de este increíble día siempre podemos tomar un bocado por la zona, donde los guisos de la tierra soriana nos recibirán con los brazos abiertos. Yo, en particular te recomiendo la Parrilla de San Bartolome en Ucero, seguro que no te defraudará. Pero no es único restaurante de la zona está el Balcón de San Bartolo, el restaurante del camping y el Bar del Cañon.


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