HISTORIA
En el siglo XIX se derribaron las murallas de Barcelona porque la ciudad necesitaba expansionarse, para que este crecimiento fuera ordenado el Gobierno encargó un proyecto al ingeniero Idelfonso Cerdà, que creo un diseño bastante cuadriculado de la nueva Barcelona, donde se limitaba la altura de los edificios y se aconsejaba que las fachadas fueran sobrias.
Desde el principio la aristocracia y la burguesía catalana decidieron construir sus palacetes y viviendas en el Paseo de Gracia. En esta gran vía Antonio Atmaller compró en 1898 un edificio que ya existía para reconstruirlo y encargó la remodelación al arquitecto Puig i Cadafalch.
Las obras empezaron en 1898 y finalizaron en 1900. Se encuentra este edificio en la conocida como la manzana de la discordia, este calificativo se debe a una comparación entre la disputa de los dioses de la mitología griega y la disputa de los grandes arquitectos que edificaron en esta manzana. En total se trata de cinco edificios: la casa Batlló de Antonio Gaudí, seguida de la casa Amatller de Puig i Cadafalch, después está la casa Bonet de Marceliano Coquillat, seguida la casa Mulleras de Enric Sagnier y en la esquina la magnifica casa Lleó Morera del arquitecto Doménech i Montaner.
Cronológicamente la casa Atmaller fue el primer inmueble en construirse.
La primitiva fachada del edificio seguía las ordenanzas del pla Cerdà, pero Puig i Cadafalch lo modifica totalmente y con la escusa de que en el ático estaría el estudio fotográfico del señor Atmaller y lo termina con un terrado escalonado, de esta forma el piso se encuentra alejado de los edificios adyacentes debido a los materiales peligrosos de fotografía que se iban a utilizar. Esta decisión de realizar así el tejado en contra de las ordenanzas le llevó a enfrentarse al ayuntamiento e incluso se tuvo que pagar una multa.
En la fachada se mezclan muchos estilos arquitectónicos (románico y gótico catalán) y está llena de simbolismos relacionados con el propietario.
Toda la fachada esta serigrafiada con flores de almendro, dando color al edificio, haciendo referencia al apellido del propietario. Esta llena de simbolismos, en el primer piso, encima del balcón de la hija del señor Atmaller se encuentra una A gigante refiriéndose a su apellido. Las esculturas son obra de Eusebi Arnau y de Alfons Yujol.
En esta tribuna esta lleno de flores de almendro con la letra a. Y alrededor hay escrita una frase que dice: El almendro florece, buen tiempo se acerca, con sus nidos de pájaros y sus pomos de rosas.
En las ventanas del primer piso se encuentran representadas las aficiones del propietario de la vivienda :la fotografía
Si miramos al balcón veremos que hay tres puertas y encima de ellas se encuentran unos guardapolvos que simbolizan las aficiones del dueño del edificio. En los dinteles donde empiezan el arco se encuentran animales que realizan acciones relacionadas con las aficiones de el señor Atmeller. Según dicen los entendidos en las tabletas de chocolate había cromos que representaban fábulas de animales representando acciones parecidas a las de estas esculturas.
En una puerta se representa el coleccionismo, era aficionado a coleccionar vasijas de vidrio que se pueden ver el interior de la vivienda
Alegoría a las artes, era aficionado a la lectura y a la fotografía.
Alegoría a la industria, la família Atmaller contaba con una importante fábrica de chocolate
Si bajamos la vista a la entrada veremos que hay dos entradas, una para los carruajes y otra para las personas que habitaban el edificio.
En la puerta se observa un zíngaro que lleva un oso danzarín y en el centro Sant Jordi con el dragón (escultura muy típica de Puig i Cadafalch que se encuentra también en la casa del Baró de Quadras de la Diagonal y en otras famosas edificaciones). Y más a la izquierda una heroína peleándose con un dragón.
Encima de Sant Jordi se encuentra un escudo con la fecha de 1900 y un almendro.
Debajo del balcón, observada por un viejo y fotografiada por un hombre hay una delicada estatua de una joven que sostiene unas flores
Después de habernos recreado en la fachada nos podemos adentrar en la vivienda. Realizan visitas guiadas donde explican la vida de la familia Amatller y se puede pasear por la primera planta.
HISTORIA DE LOS PROPIETARIOS
Gabriel Atmeller , el abuelo de Manuel Atmaller, vivía en Molins de Rey y decidió trasladarse a Barcelona para ganarse la vida, allí aprendió el oficio de maestro chocolatero y abrió su propio negocio en 1797. Se casó con Antonia Ràfols que era hija de chocolatero, con ella tuvo dos hijos Antonio y Domingo. Ambos tomaron la dirección de la empresa que su padre tenía en la ciudad vieja de Barcelona, cambiando el nombre de la empresa a Amatller hermanos.
Antonio Atmeller Ràfols tuvo un hijo Antonio Atmeller Costa (1851-1910)que a los 19 años animado por su tio y su padre se fue a visitar las principales fábricas chocolateras de Francia y Suiza. Poco después del viaje en 1872 crea una sociedad llamada Antonio Atmeller e instala una fábrica en San Marti de Provençal. Gracias a sus conocimientos del mercado y de su buen márquetin se convierte en uno de los chocolateros más importantes de España.
Antonio Atmaller se casó en 1871 con Cándida Circuns y se separó 6 años después, de ese matrimonio nacieron dos hijas , Gabriela que murió a los seis meses y Teresa que nació en 1873 y fue la sucesora de la empresa de su padre.
Antonio Atmaller
Teresa Atmaller
Teresa Atmaller Cros (1873-1960) quedó al frente del negocio a la muerte de su padre. Cuando se separaron sus padres y ella tenía cuatro años se fue a vivir con su padre, mientras su madre se marchaba a Italia. Como su padre era un gran aficionado al coleccionismo y a la fotografía, viajaba mucho por el mundo y ella lo acompañaba.
Cuando murió su padre ella tenía 37 años y pasó a dirigir la empresa paterna. Antonio Atmaller dejó una clausula diciendo que si ella moría sin descendencia dejaba la casa Atmaller y sus colecciones al Ayuntamiento de Barcelona. En 1943 Teresa, que nunca se casó , crea el Instituto Atmaller de arte hispánico para conservar la casa Atmaller y la colección de su padre.
Murió a los 87 años en Barcelona sin descendencia, así que la empresa pasó por varios procesos de compraventa, estuvo a punto de desaparecer hasta que en 1972 fue comprada por Chocolates Simón Coll que mantienen la marca de Chocalates Atmaller.
Después de unas pequeñas pinceladas de la vida de la familia Amatller y de su empresa, podemos acceder al interior.
PLANTA INFERIOR
El vestíbulo estaba pensado para la entrada de carruajes y en la parte posterior estaba la cocina y la vivienda del servicio. Aquí está ahora donde se compra la entrada para la visita guiada.
En la parte que ahora es cafetería se conserva la plataforma que se utilizó para girar a los coches
En este vestíbulo nos encontramos con una esplendida escalera con una claraboya y nos conduce a la casa de los señores Amatller, donde vivió Antonio y su hija Teresa.
Es un vestíbulo amplio donde se accede a la casa principal y a la escalera de los inquilinos
Subiendo por la escalera nos encontramos la vivienda que ocuparon padre e hija. El comedor, la sala de música y la habitación de invitados se dispone en el ala sudoeste, abiertos al patio, mientras las habitaciones de Antonio y Teresa junto los salones personales se abren al Paseo de Gracia. La cocina y el servicio estaban en la planta de abajo y se conectaban por la escalera de servicio y por un montaplatos.
Atraves de un pasillo con preciosas vidreras llegamos al comedor
El magnífico comedor cuenta con una amplia cristalera que daba al jardin de la vivienda. También contaba con una espléndida lámpara y una espléndida chimenea, que calentaba en agua del lavamanos que se encontraba en el pasillo.
Al lado del comedor se encuentra una sala para Teresa y su habitación, los muebles y la ropa de cama son originales o reproducciones para que nos hagamos una idea de que se usaba al principio del siglo XX.
Desde el balcón de Teresa se puede ver Paseo de Gracia y antes de asomarse a la calle hay una preciosa columna con un suntuoso capitel que se podía ver desde afuera y que representaba el poder económico de la familia.
En este hogar moderno no podía faltar un lavabo tanto para Manuel como para Teresa, el aseo de ella esta modernizado porque fue utilizado hasta su fallecimiento y tiene hasta aire acondicionado.
Las dependencias de Manuel cuanto actualmente una una colección de vasijas de vidrio de diferentes épocas y lugares, que padre e hija trajeron de los viajes que realizaron por Europa y norte de Africa.
Al entrar en la habitación nos encontramos un hermoso arco con esculturas relacionadas con las aficiones de Manuel
La habitación consta de un armario muy labrado, una cama bastante alta y un escritorio, todo de una excelente calidad.
Para acabar la visita guiada nos acercamos al despacho de Manuel, al lado de la puerta donde recibía a los inquilinos para cobrarles el alquiler. Al dirigirnos hacia allí no podemos pasar indiferentes ante los mosaicos del suelo y en una de las paredes nos encontramos una obra de Ramón Cases.
Ansiedad del año 1893-1896
Aquí esta el despacho de Manuel Atmaller
Para acabar esta visita no hay nada como despedirse de Manuel y Teresa y de su hermosa mansión modernista.
Comentarios
Publicar un comentario