VIAJANDO POR EL VALLE DE BAZTAN
El valle del Baztán es un rincón único del norte de Navarra, en pleno Pirineo Atlántico, muy cerca de la frontera con Francia. Está formado por 15 hermosas localidades, siendo Elizondo su capital.
Este valle combina a la perfección paisajes verdes de montaña, con bosques con misterio y ríos cristalinos. Sus pueblos cuentan con una arquitectura peculiar, son caseríos blancos con entramados de madera, y en muchas casonas resaltan en sus fachadas escudos heráldicos.
Desde que leí la Trilogía de Dolores Redondo siempre he querido perderme por este valle y respirar el halo de magia y misterio que lo envuelve.
Amaiur/Maya, Aniz, Arizkun, Arraioz, Azpilkueta, Berroeta, Ciga, Elbete, Elizondo, Erratzu, Garzáin, Irurita, Lekaroz, Oronoz-Mugaire y Ziga son los pueblos del Valle. En nuestro viaje por el valle incorporamos otros lugares por su proximidad.
Empezaremos nuestra ruta por la capital Elizondo.
ELIZONDO
Elizondo es un bonito pueblo, atravesado por el río Bidasoa. Cuenta con una buena oferta de hoteles y apartamentos vacacionales y es un buen lugar como campamento base.
Sus casas señoriales con sus balcones de madera llenos de flores le dan un aspecto de pueblo alegre y acogedor.
Si paseamos por sus calles nos encontraremos con la Iglesia de Santiago, imponente y elegante. Este templo se levantó en el siglo XVII sustituyendo a la anterior iglesia que quedó muy dañada tras las inundaciones del río Bidasoa. Si damos una vuelta por el pueblo podremos ver fotografías antiguas de estas inundaciones.Paseando por sus calles nos encontraremos con el edificio del ayuntamiento en la plaza de los Fueros. Muy cerca se encuentra una tranquila plaza llena de bares donde se puede tomar un refresco después de un agotador día de turismo.
Si seguimos paralelos al río pasaremos por una calle con arcadas y nos acercaremos al famoso puente Txokoto, uno de los lugares más fotografiados del pueblo, con sus casas colgando literalmente sobre el río.
Desde este puente podremos contemplar la presa del Txokoto, que se construyó para regular el caudal del río y proteger el pueblo de las frecuentes inundaciones, una de la más tremenda fue en 1913 que arrasó con buena parte del casco urbano.
En casco antiguo no es muy grande, podemos pasear por las tranquilas plazas con fuentes, descubrir casonas típicas vascas, caminar por la orilla del río y sentarnos en una terraza para saborear el carácter alegre y campechano de los habitantes de este pueblo.
Empezamos nuestra ruta:
ZUGARRAMURDI:EL MISTERIO CERCA DEL VALLE DE BAZTÁN
A solo unos minutos del valle, se encuentra este pequeño pueblo que aunque no pertenece administrativamente al valle, forma parte de la misma región cultural,
El pueblo tiene calles empedradas y casas tradicionales, parece detenido en el tiempo. Hay un parquin a la entrada para dejar el coche y se puede entrar paseando al pueblo.
Nosotros primero visitamos el museo de las Brujas de Zugarramurdi, un espacio que invita a adentrarse en una de las páginas más fascinantes de la historia vasca: la persecución de la brujería en el siglo XVII
El museo se divide en varias salas temáticas, desde los mitos ancestrales hasta los akelarres.
Antes de la llegada de los cristianos, el pueblo vasco creía en un mundo de seres sobrenaturales que habitaban los bosques y las cuevas. Estaba Basajuan que era un gigante protector de los animales y de los bosques y Lamiak que eran unas criaturas femeninas que habitaba cerca de los ríos que eran algo traviesas y vengativas si alguien las molestaban o dañaban la naturaleza que ellas custodiaban.
Después de entender las tradiciones y mitos vascos, es buen momento para dirigirnos a la cueva.
Esta cueva es famosa porque, según la tradición, era el escenario de los aquelarres en el siglo XVII. Los akelarre eran unas reuniones nocturnas de brujas donde se realizaban rituales mágicos. Con la llegada de la Inquisición, estas prácticas fueron suprimidas y muchas personas fueron detenidas y quemadas en las hogueras,como se nos recuerda en el museo. Fue un momento de grandes tensiones en la región.
La visita se realiza de forma libre y nos puede llevar de 30 min a una hora recorrerla.
Es una cueva enorme, abierta en plena naturaleza, si no hay gente se puede oir el murmullo del arroyo Olabidea. Tiene varias bocas de entrada, la más espectacular de 12 m de altura y varios niveles por los que circular.No es un espacio cerrado típico de estalactitas y estalagmitas, sino un gran túnel natural al aire libre, excavado por la erosión del arroyo. Actualmente esta acondicionado y es fácil pasear por el interior.
Recordar lo visto en el museo sobre las brujas y sus aquelarres pone un poco los pelos de punta,pensando que en este espacio las brujas bailaban a luz de la luna y el eco amplificaba sus cantos.
Te invito a que dediques un tiempo a descubrir los diferentes túneles secundarios y respira la magia del lugar.
CUEVAS DE URDAX
No están en el valle de Baztán como ocurre con la cueva de Zugarramurdi, pero están muy cerca uno de otra y a unos 10 km de Elizondo, son tan espectaculares que no las podemos pasar por alto.
Esta cueva fue formada por la erosión del río Urtxume y en ella si que podemos encontrar estalactitas y estalagmitas que decoran la bóveda de la cueva descubriendo formas y diseños muy originales. Y para entrar además de comprar la entrada, es conveniente llevar una chaqueta porque hace frío, cerca de 12 grados.
La visita se realiza de forma guiada y antes de entrar hay un parquin para dejar fácilmente el coche. Durante la visita solo se recorre 1.200m aunque es mucho más larga.Hace miles de años, en pleno Paleolítico, la cueva ya acogía a los primeros habitantes de la zona. Allí encontraron refugio y abrigo, dejando atrás restos de su vida cotidiana: herramientas de piedra y huesos de animales cazados, testigos mudos de aquellos tiempos remotos.
Con el paso de los siglos, la cueva siguió siendo un refugio estratégico. Durante la Edad Media, pastores la usaban para proteger el ganado de tormentas y lobos, mientras que peregrinos del Camino de Santiago se guarecían de la lluvia y el frío antes de continuar su largo viaje hacia Compostela.
Más tarde, las galerías escondieron secretos más oscuros:los contrabandistas utilizaban sus recovecos para guardar mercancías sin ser vistos, y la tradición popular asegura que, en la noche, brujas y seres mágicos recorrían sus pasadizos durante los akelarres, entre cantos y rituales que aún hoy sobreviven en las leyendas locales.
Así, la Cueva de Urdax no es solo un espacio geológico; es un lugar vivo con la memoria de miles de años, donde la historia, la cultura y la mitología se entrelazan en cada roca, cada galería y cada eco que resuena entre sus paredes.
CUEVAS DE SARA:UN VIAJE AL CORAZÓN DE LA LEYENDA Y LA NATURALEZA
Esta cueva es conocida en euskera como Lezea, presenta un majestuoso porche de entrada y se recorre con el guía unos 900 metros, en su interior no se pueden hacer fotos para preservarla.
Después de sumergirnos en las entrañas de la tierra y descubrir como estas tres cuevas estan unidas por las mismas tradiciones vascas, seguimos nuestro recorrido por el Valle.
ERRATZU
Erratzu respira al ritmo del río Baztán, el mismo que, al avanzar hacia el norte, se convierte en el Bidasoa. Sus aguas descienden desde el monte Auza, atravesando prados y caseríos y dan forma al paisaje que envuelve el pueblo.
Aquí se recuerda la riada de 1913, cuando una tormenta desbordó los ríos y arrasó el pueblo, llevándose casas y la antigua iglesia.
La nueva parroquia, se convirtió en símbolo de la fuerza de los vecinos, capaces de renacer tras la adversidad.
A unos pasos del casco urbano, empieza una ruta que nos lleva a la cascada de Xorroxin, un lugar mágico envuelto en hayedos y robles. Dice las leyendas que en estas aguas vivían las lamias, seres mitológicos de largas melenas que se peinaban a orillas del río, eran las guardianas de la naturaleza y de los manantiales. Y según cuentan ayudaban a las personas si eran bien tratadas pero se vengaban si eran ofendidas.
A la entrada del pueblo hay un aparcamiento donde dejar el coche y atravesando el pueblo encontramos el inicio de la ruta, es de 5,6 km y de baja intensidad, apta para toda la familia.
Hay que destacar la bella fachada del convento de nuestra señora de los Angeles, una auténtica joya del barroco.
Este pueblo siempre ha tenido una estructura dispersa con varios barrios separados entre sí, entre todos ellos destaca el de Bozate. Aquí vivían los agotes, no se sabe su procedencia pero se creen que eran herejes albigenses que habían huido de Francia. Vivían apartados, no podían casarse libremente, no podían trabajar ciertas tierras ni ejercer ciertas profesiones. Este estigma ha permanecido hasta el siglo XIX cuando, poco a poco, la barrera social se ha ido desvaneciendo.
El pueblo alinea en torno a su calle principal, con sus bellas calles a ambos lados. Se accede por una puerta en forma de arco, recuerdo de cuando la villa era un lugar fortificado.
En lo alto del monte Gaztelu se alza los restos del castillo de Amaiur, último bastión de la resistencia navarra frente a la conquista castellana en el siglo XVI. Después de la derrota el Cardenal Cisneros en el año 1522 ordenó volar el castillo, para evitar futuras revueltas, por tanto ahora solo quedan restos de aquella fortificación.
El molino se puede visitar y el propietario hace una amplia explicación de como se usaba este molino, y se puede ver la maquinaria que se utilizaba para la molienda, también hay un taller para los más pequeños para preparar talos.
El jardín tiene sus orígenes a finales del siglo XIX, creado por Pedro Ciga y Dorotea Fernández que decidieron crear un jardín con plantas de distintos países, en 1949 donaron el Señorío al Gobierno de Navarra.
Existe una vidriera que forma parte de una marquesina adosada a la capilla barroca del Señorío, fue realizada en 1908, es de estilo modernista.
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